Las bolsas europeas cierran su última jornada de transición antes de la cita más importante para los mercados de las últimas semanas. La cautela ha dominado entre los inversores del Viejo Continente a la espera de lo que pueda salir mañana de la reunión del BCE. El Ibex ha cerrado en los 10.755,60 puntos tras un recorte mínimo del 0,2%. El selectivo español habría finalizado la sesión plano si no fuera por Repsol, cuya cotización se ha visto afectada por la desinversión de Pemex en su capital. La prima de riesgo sigue en el entorno de los 145 puntos básicos y el euro ligeramente por encima de los 1,36 dólares.  Deutsche Bank y Morgan Stanley han revisado ligeramente al alza sus valoraciones de Repsol tras la desinversión de Pemex, si bien recelan a la hora de otorgar un potencial alcista significativo a la petrolera. Los grandes inversores se muestran optimistas con España, pero sin perder de vista la prudencia. Y es que, como subrayó ayer Andrés Rubio, socio de Apollo, "España acelera la vuelta al crecimiento –título de la conferencia en la que participó ayer, organizada por The Economist–, pero hace falta mantener el esfuerzo para acelerar dicha vuelta". Ha sido un buen mes de Bolsa, ya que el Ibex 35 subió el 3,25% y encadena seis meses consecutivos de avances. Pero no es oro todo lo que reluce. En vísperas de una reunión del BCE que se anticipa crucial para combatir la amenaza de la baja inflación y afianzar la recuperación de la eurozona, el FMI insiste en la "necesidad" de que la autoridad monetaria europea adopte medidas de estímulo. |
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